Reto 1
La salud es uno de los valores utilizado por el European Institute for Gender Equality para medir el índice de igualdad en los países de la Unión Europea. En este ámbito España se encuentra por encima de la media, como podemos ver en los datos que nos muestra el EIGE en este enlace.
El artículo 27 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres está dedicado a integración del principio de igualdad en la política de salud. En este artículo se indica en su punto primero que "Las políticas, estrategias y programas de salud integrarán, en su formulación, desarrollo y evaluación, las distintas necesidades de mujeres y hombres y las mujeres y hombres y las medidas necesarias adecuadamente." para continuar en su punto 2 "Las Administraciones públicas garantizarán un igual derecho a la salud de las mujeres y hombres, a través de la integración activa, en los objetivos y en las actuaciones de la política de salud, del principio de igualdad de trato, evitando que por sus diferencias biológicas o por los estereotipos sociales asociados, se produzcan discriminaciones entre unas y otros."
La lectura de este artículo aumentó mi curiosidad en conocer como las distintas necesidades, diferencias biológicas y estereotipos sociales pueden discriminar a las mujeres y con ello repercutir en la salud general de las mujeres y buceando un poco en la red encontré este artículo sobre las diferencias entre hombres y mujeres al sufrir un infarto cardíaco.
En este artículo se explica la diferencia en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad cardiovascular entre hombres y mujeres. Desde un primer momento existen diferencias ya que los síntomas que aparecen en ocasiones son diferentes, por ejemplo el dolor torácico típico es menos específico en mujeres y sufre con más frecuencia náuseas, vómitos e indigestión, y también refieren más a menudo dolor en el centro de la espalda y en la mandíbula (https://fundaciondelcorazon.com/blog-impulso-vital/3245-el-infarto-femenino-icomo-avisa.html). Es posible que esto conlleve que no se diagnostique una enfermedad cardíaca y los síntomas se relaciones con situaciones de ansiedad y estrés, lo que conlleva que las mujeres sean tratadas más tarde. Además en los estudios y ensayos clínicos se incluyen mayoritariamente varones.
En este caso se evidencia que las diferencias biológicas entre sexos provocan que los síntomas de una enfermedad varíen. Esas diferencias no se tienen en cuenta en la investigación clínica por lo que el conocimiento de la enfermedad cardíaca en la mujer es menor que en el caso de los varones, con ello se provoca una discriminación hacia la mujer que se ve perjudicada en su tratamiento.
En el artículo también se hace mención a la relación de los síntomas con estados de estrés y ansiedad tanto por los profesionales de la salud como por las propias afectadas. En este caso considero que puede ser debido a estereotipos en los que la enfermedad cardíaca tiene mayor prevalencia en los hombres, cuando la realidad es diferente.
La desigualdad no solo afecta a la enfermedad coronaria, en un estudio del 2019 se estableció que las mujeres tiene un diagnóstico tardío en más de 770 patologías. Para poder estar en la misma posición hombres y mujeres y poder tener una asistencia sanitaria igualitaria será necesario que en la investigación y ensayos clínicos se tengan en cuenta las diferencias biológicas entre sexos. Es necesario aumentar la presencia de mujeres en los estudios para mejorar el diagnóstico y el tratamiento.
Los estereotipos de género también influyen en el infradiagnóstico de las mujeres, pues en consulta se infravaloran sus síntomas y nosotras mismas retrasamos la consulta médica. Para mejorar este aspecto será necesario incluir la perspectiva de género en la formación de los facultativos y realizar campañas de promoción de la salud en las mujeres.
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